¿Te ha pasado que ves un anuncio una y otra vez, y aunque al principio ni lo notas, después no puedes sacártelo de la cabeza? Pues no es casualidad. Esto lo entendió Thomas Smith allá por 1885, mucho antes de que existieran Google, Facebook o TikTok. La repetición influye en las ventas y sigue tan vigente como el primer día.
Thomas Smith no es un nombre que aparezca mucho en las clases de marketing, pero su libro Successful Advertising es un clásico que puso las bases de lo que hoy todos aplicamos sin darnos cuenta. En este libro, Smith nos dejó una de las ideas más brillantes y simples que jamás se han dicho: la repetición es el secreto para que las personas compren.
¿Suena obvio? Quizá. Pero lo importante es cómo lo desglosó: según Smith, un cliente potencial necesita ver tu mensaje hasta 20 veces antes de tomar acción. ¿Por qué tantas veces? Porque, como él decía, "al principio ni siquiera te ven, y al final no pueden ignorarte".
Voy a ser directo: los humanos somos distraídos. Vivimos bombardeados por miles de mensajes cada día. ¿Cuántos anuncios viste ayer en redes sociales? Probablemente más de 100, pero ¿cuántos recuerdas? Tal vez uno o dos. Eso es porque, como consumidores, necesitamos exposición constante y repetitiva para que algo realmente se quede en nuestra mente.
Es un proceso psicológico:
Eso es la repetición en acción: construir familiaridad, confianza y, al final, acción.
Thomas Smith detalló cómo evoluciona la percepción del cliente con cada exposición. Te resumo las etapas más interesantes:
¿Te das cuenta de lo importante que es insistir? Esto no se trata de ser invasivo, sino constante y estratégico.
Si estás en la menta de tu cliente la ventas vienen solas, porqué como explico en mi otro artículo titulado La Ventana de Oportunidad en Ventas.
Cuando tu cliente te necesite, deberás conseguir que piense en ti.
La única manera de conseguir que se acuerde de ti es emocionando de manera repetititiva.
Ser insistente.
Aparecer en su vida.
Estar en sus conversaciones con amigos.
Estar en sus cenas, desayunos.
Incluso, aparecer en un sueño húmedo.
Recuerda: Debes estar en la mente de tu cliente si quieres venderle.
Imagínate que te mudas en un nuevo bloque de pisos de una ciudad grande.
A pesar de interesarte por conocer a tus vecinos, el ajetreo del trabajo no te ha permitido ir a ninguna reunión.
Realmente tu vas saludando a personas por tu comunidad sin saber si son vecinos, amigos, ocupas o carteros.
Pero hay algo que sucede casi a diario.
Te cruzas un tipo alto con barba en el ascensor.
Cada día, a la hora de irte a trabajar, con sabor de pasta de dientes en la boca, te lo encuentras en el ascensor.
Al cabo de 3 meses, un día llegas a casa y te lo encuentras abajo, esperando al ascensor.
- Buenas noches
- Buenas noches (contestas)
- ¿Ya se lo han contado? (sus ojos de sorpresa inundan la sala)
- El qué
- Durante el día de hoy han entrado a robar, y le han entrado en casa.
Vale.
Ahora te pregunto.
¿Confías en tu vecino que te cruzas cada mañana?
¿Te dice la verdad?
No sabes su nombre. A qué se dedica. O qué gustos tiene.
Lo que sabes es que "muy seguramente" vive en algún piso más arriba que el tuyo.
Supongo que sí confiarías, al 99% de las personas a quien les pregunté contestaron que sí.
¿Y por qué confías en alguien que no conoces?
Por repetición.
El poder de la repetición es la técnica de ventas más antigua de la historia.
Acuérdate del vecino y consigue que tus clientes confíen en ti.
En la era digital, aplicar la teoría de Thomas Smith es más fácil que nunca. Estas son algunas estrategias para que la repetición trabaje a tu favor:
¿Sabías que Coca-Cola no deja de hacer publicidad, aunque todo el mundo la conoce? Eso no es casualidad. Ellos entienden que, si no estás constantemente en la mente del consumidor, alguien más tomará tu lugar. Tú puedes hacer lo mismo: crea una estrategia para estar presente y repetir tu mensaje las veces necesarias.
El consejo de Thomas Smith sigue siendo oro puro: la repetición vende.
Si no estás trabajando para aparecer una y otra vez frente a tu cliente ideal, estás perdiendo oportunidades.
Empieza hoy: define tu mensaje, elige tus plataformas y crea una estrategia para que te vean, te reconozcan y, finalmente, te compren.
La clave no está en decirlo todo una sola vez, sino en repetirlo de forma constante y estratégica hasta que tu cliente diga: “Esto es lo que necesito”.